La complejidad es más que cultural, también es biológica. Por Anne Fausto-Sterling Dos sexos nunca han sido suficiente para describir la variedad humana. Ni en los tiempos bíblicos, no ahora. Antes de que supiéramos mucho sobre biología, construimos reglas sociales para administrar la diversidad sexual. El antiguo código rabínico llamado Tosefta, por ejemplo, algunas veces trata a las personas que tiene partes femeninas y masculinas (como testículos y vagina) como mujeres, por lo que no pueden heredar propiedades ni ser sacerdotes; y otras veces como hombres, a quienes se les prohíbe afeitar o habitar espacios para mujeres. Más brutalmente, los romanos, como veían a las personas de sexos mezclados como un mal presagio, podrían matar a una persona cuyo cuerpo y mente no se ajustasen a una clasificación binaria del sexo. Hoy en día, algunos gobiernos parecen estar siguiendo el modelo romano, si no matando a la gente que no…

Leer más

1/1
Ir al contenido